El singular animal nació en Villa Ana, Santa Fe, y conmocionó a la población del lugar por su apariencia, que sería producto de una
malformación genética.Durante las últimas horas comenzó a circular en redes sociales un video inédito de un ternero nacido el jueves pasado en la localidad de Villa Ana. Como puede observarse en
el video y las imágenes tomadas, se trata de un animal con hocico corto, cuya disposición de los ojos y boca (por la falta de desarrollo de la mandíbula) hace que se parezca a la cara de un
humano.El nacimiento ocurrió en un campo el paraje La Reserva de la localidad de cinco mil habitantes, ubicada a más de 400 kilómetros de la capital de Santa Fe. El parecido de la cara del
ternero a la de los humanos conmocionó tanto a los pobladores del campo, que produjo que compartieran las imágenes en redes sociales y, más tarde, se viralizaran por su difusión en medios de
comunicación de todo el país.El portal Reconquista Hoy consultó al genetista Nicolás Magnazo sobre las posibles causas que provocaron las particularidades del animal en cuestión, a lo
que el especialista reconoció que podrían deberse a "una mutación genética, es decir un cambio en la secuencia de un nucleótido o en la organización del ADN de un ser vivo, que produce una
variación en las características de este y que no necesariamente se transmite a la descendencia", pero produce que se vea distinto al resto de la raza.Además, dijo que esta mutación "se presenta
de manera espontánea y súbita por la acción de mutágenos, agentes físicos, químicos o biológicos que alteran o cambian la información genética", descartando por completo que pueda tratarse de un
caso de zoofilia ya que "la vaca tiene otro número de cromosomas que el ser humano, por lo cual ese cruzamiento generaría una célula inviable". Por último, también expresó que no puede ser el
resultado de un cruzamiento entre dos especies distintas porque "la idea de que si dos animales se juntan puede salir una cría con la mitad de cada uno es más bien una idea de ciencia
ficción que otra cosa”, de manera que los cruces posibles de los que se han constatado casos, como entre un burro y una yegua, son producto de un “desequilibrio cromosómico”.Tristemente, el
ternero murió a las pocas horas de su nacimiento.