Durante décadas, los científicos no podían explicar cómo un hongo mortal, típico de climas tropicales, había llegado a la costa noroeste
del Pacífico.El 27 de marzo de 1964, el sur de Alaska fue sacudido por un terremoto de magnitud 9,2, el más fuerte jamás registrado en América del Norte. El sismo también causó
una serie de tsunamis a lo largo de la costa oeste del continente. Ahora, un estudio publicado en mBio sostiene que aquel evento también desató un brote de un hongo mortal a lo
largo de la costa noroeste del Pacífico.Desde 1999, la región ha estado lidiando con un brote continuo de Cryptococcus gattii, un hongo microscópico similar a la levadura que puede causar
infecciones si se inhala. La mayoría de las personas que están expuestas al C. gattii no se enferman, pero las que se enferman corren riesgo de sufrir neumonía, infecciones en la piel, meningitis
y nódulos en los pulmones y el cerebro. En raras ocasiones, el hongo puede ser mortal. Tres muertes lleva en EE.UU. el raro virus trasmitido por mosquitos que afecta el cerebro En
total, se han reportado más de 300 casos del C. gattii en Canadá y EE.UU., y el hongo no solo afecta a los humanos, sino también a los animales. También ha sido encontrado en el suelo,
árboles y aguas de la costa noroeste del Pacífico.Antes del brote en ese último lugar, los expertos pensaban que el C. gattii estaba restringido a los climas tropicales y
subtropicales de América del Sur, África, Asia y Australia, lo que plantea la cuestión de cómo se trasladó a América del Norte.Con los años los científicos han propuesto una serie
de teorías sobre los modos de dispersión del hongo, incluidas las corrientes oceánicas y eólicas, las migraciones de animales y el uso de productos agrícolas. Pero para los autores del
estudio, el Gran Terremoto de Alaska ofrece una explicación más convincente.Evidencias circunstanciales, pero convincentes Aunque sus evidencias son casi enteramente circunstanciales, son
bastante convincentes. Por un lado, según el análisis genético, las cepas del C. gattii ahora presentes en el noroeste del Pacífico parecen haber llegado allí en un evento importante ocurrido
décadas antes de 1999. Las primeras investigaciones de brotes también encontraron niveles más altos del hongo en árboles y suelos más cerca del nivel del mar, como si hubiera llegado
originalmente del océano.Y la prueba más convincente es que al menos un paciente de la ciudad estadounidense de Seattle se enfermó del C. gattii en 1971, casi tres décadas antes de los brotes de
1999, pero después del tsunami."Quizás lo más importante es que no hemos encontrado datos que descarten o no estén de acuerdo con la hipótesis", afirmó a Gizmodo el autor principal del
estudio, David Engelthaler. "Segundo, no hay una buena hipótesis alternativa que se ajuste a todos los datos", concluyó.