España se ha recuperado de la crisis económica que disparó el desempleo hace una década, pero una de las consecuencias duraderas
de esta herida ha sido la migración interna hacia las ciudades, que ha dejado (aún más) despobladas vastas zonas de este país europeo. Ahora, empresarios de estas regiones
buscan empleados extranjeros para cubrir empleos de forma urgente: los obstáculos migratorios no lo ponen fácil, pero si usted está interesado, puede ser una buena oportunidad con la
que vadear la falta de oportunidades en Estados Unidos.Madrid, Cataluña y las islas (Baleares, en el mar Mediterráneo, y Canarias, en el Atlántico) atraen desde hace
años trabajadores de otras regiones, mientras Extremadura y Castilla los pierden.Son sobre todos jóvenes, entre 25 y 34 años y con estudios superiores, los que optan
por mudarse a las ciudades en busca de mejores oportunidades laborales.Agricultores, ganaderos y otros empresarios de las regiones rurales cada menos pobladas han ideado
iniciativas para darse a conocer en otros países y vender sus productos a través de internet. Además, promocionan las bondades de la vida en el campo frente al rigor de las
ciudades para atraer a nuevos vecinos, en ocasiones con incentivos económicos.Pero, ante la falta de candidatos, y como sucede en Estados Unidos pese al endurecimiento promovido por el Gobierno
de Donald Trump, los empresarios han vuelto la mirada hacia los inmigrantes, según informa el diario El País.En San Pedro Manrique, un pueblo de 600 habitantes en Soria, una de las
regiones menos habitadas de toda Europa, una fábrica de productos cárnicos da trabajo a 96 personas: casi la mitad de ellas son extranjeros.Los empresarios de Soria han pedido ayuda al
Gobierno para que facilite los trámites migratorios, porque calculan que en los próximos años precisarán a cientos de trabajadores. Propusieron regularizar a los inmigrantes
indocumentados que ya viven en el país dándoles un trabajo legal, pero la ley actual lo impide y el Gobierno (hay elecciones en noviembre) no está dispuesto.Para contratar a un inmigrante
legalmente primero deben ofrecer el puesto a españoles y a miembros de la Unión Europea, y probar así que nadie lo quiere. Según cuentan algunos, eso no es difícil: en general, pocos están
dispuestos a aceptar los empleos que se ofrecen en estas regiones. Pero aún así, el proceso de contratación de un inmigrante, por ejemplo, en Latinoamérica, es complicado y puede llevar
hasta seis meses.Algunos, y el citado diario menciona a dos médicos venezolanos, llegan como solicitantes de asilo, y por tanto con derecho a trabajar, pero se encuentran con retrasos a la
hora de homologar sus títulos y acceder así a empleos cualificados.La Oficina de Asilo tiene además 100.000 casos pendientes de resolver, y está superada por la llegada de miles
de venezolanos (que suponen un tercio de las solicitudes), colombianos y centroamericanos en busca de refugio.La mayoría (tres de cada cuatro) ven sus
casos rechazados, aunque el Gobierno está facilitando la llegada de venezolanos, ofreciéndoles un permiso temporal de residencia y trabajo de un año prorrogable otro más.Existe una
tercera vía, más sencilla en cuanto a trabas burocráticas, pero limitada a empleos “de difícil cobertura”. Así, por ejemplo, en Soria se busca a deportistas profesionales
y entrenadores. Pero en otros lugares hay más oportunidades: en Madrid y Barcelona se necesitan meseros y mucamas de barco, marineros y cocineros de
barco, mecánicos y frigoristas navales…