La joven japonesa Midori Nishida se aprestaba a abordar en Hong Kong un vuelo hacia Saipán, una isla estadounidense en el océano Pacífico,
para visitar a sus padres cuando la aerolínea le impuso un requisito adicional nada habitual: debía hacerse una prueba de embarazo si deseaba viajar. La aerolínea, Hong Kong Express Airways,
obligó a la mujer, de 25 años, a declarar que efectivamente no estaba embaraza. Además, le pidió que autorizara a un proveedor médico para realizar una evaluación de “ajuste para volar”, con el
objetivo de detectar si tenía una silueta corporal similar a la de una embarazada Por último, según informa el diario The Wall Street Journal, personal aéreo escoltó a la mujer a un baño
para que se hiciera la prueba de embarazo. La aerolínea ha dicho que estas medidas obedecen a “las preocupaciones planteadas por las autoridades en Saipán”, donde el llamado turismo de
partos dio como resultado que en 2018 naciera más bebés de turistas que de residentes. Este territorio del archipiélago de Marianas tiene unos 50,000 habitantes y un estatus similar a la
isla de Guam o Puerto Rico, lo que permite obtener la nacionalidad estadounidense por nacimiento de forma automática. Hong Kong Express Airways además especificó que la prueba de embarazo
estaba destinada a “ayudar a garantizar que las leyes de inmigración de Estados Unidos no se vean socavadas”, según el citado diario. La aerolínea ha suspendido esta práctica y se ha
disculpado con los pasajeros afectados, cuyo número e identidad se desconoce.
Un creciente turismo
de parto
Los bebés que nacen en territorio estadounidense reciben automáticamente la ciudadanía del país.En 2018 nacieron 575 mujeres chinas en esta
isla, que es el único territorio estadounidense al que estas ciudadanas pueden entrar sin visado. En comparación, en 2019 sólo fueron 19, presumiblemente por las medidas puestas en marcha por el
Gobierno local. Las autoridades estadounidenses no llevan un registro de las mujeres que llegan al país cada año para dar a luz a niños que tendrán así automáticamente la ciudadanía, pero una
asociación china de este sector estimó que han sido 10,000 turistas de ese país desde 2012, reportó el citado diario. El presidente, Donald Trump, ha asegurado que está examinando
seriamente la posibilidad de poner fin al derecho a la ciudadanía por nacimiento, que considera “francamente ridículo”. Además, ha calificado a los llamados bebés ancla (porque
pueden traer al país luego a otro familiares, aunque para ello deben cumplir los 18 años) de “un imán para la inmigración ilegal”. Este derecho está consagrado sin embargo en la Constitución,
y expertos legales consideran muy poco probable que el presidente pueda por sí solo eliminarlo. El llamado turismo de parto no es delito, pero sí arrastra irregularidades
que pueden ser juzgadas penalmente.
Arrestos
por violaciones de leyes de inmigración
En enero de 2019, tres personas que operaban negocios multimillonarios de este tipo en el sur de California fueron arrestadas en la
mayor investigación criminal federal hasta la fecha. Las empresas entrenaron a sus clientes para engañar a los funcionarios de inmigración, pagando tarifas como si fueran personas sin
recursos en los hospitales donde nacieron los bebés a pesar de que muchos eran ricos, según los investigadores.Algunas parejas chinas cobraron hasta 100,000 dólares por paquete de turismo de
parto, que incluía alojamiento, niñeras y excursiones de compras de lujo.Las acusaciones en ese caso incluyen fraude de visas, fraude electrónico y robo de identidad, entre otros.Mark Zito,
agente especial de Aduanas en Los Ángeles, dijo al diario The New York Times que los investigadores también hallaron evidencia de actividades similares por parte de rusos (que se
centran en el Noreste del país o en el sur de la Florida) y nigerianos (en Texas).“Estamos tratando de aplacarlo, pero está aumentando”, dijo Zito, “otras naciones han comenzado a
aprovecharse de esto”.