Peso Pluma está en el ojo del huracán, luego de que se diera a conocer que un niño se suicidó porque sus padres supuestamente lo obligaron a dejar de escuchar su música, aunado a todos los videos que han aparecido en las redes sociales, y donde se puede ver a infantes interpretando sus temas.
Sin embargo, el propio cantante mexicano asegura que esa clase de música, los corridos tumbados o bélicos que suele componer, son cosas que retratan la realidad, pero que no necesariamente es el día a día que vive, y piensa que a veces no es la forma correcta de comunicárselo a los niños.
El intérprete de la Doble P, como también se le conoce, revela en una entrevista con el programa Soy Grupero de YouTube, que en el territorio donde creció , y el contexto que lo rodeaba le hicieron fanático de los corridos, género escuchado por cualquier niño que viva o tenga familia en Sinaloa, por ejemplo. Sin embargo, acepta que está mal decir que los sicarios, el narco, los capos, la violencia y las armas son temas muy normales, pero se trata de la realidad. "No es mentira lo que decimos y lo que cantamos", agregó Hassan, el nombre de pila real de dicho cantante, oriundo de Jalisco.
También confirmó que no es la forma en que debería llegar ese tema a los niños del país, pero sin duda es algo que deben conocer, pues forma parte de su mundo; sin embargo, de eso a estar de acuerdo e incluso desempeñar las mismas actitudes o trabajos, es algo muy lejano.“A veces no es bueno que los niños vean esto o que escuchen esto, pero esa es una realidad; se tiene que mostrar, se tiene que ver”, fueron las palabras del intérprete. “No es como que estemos apoyando o haciendo apología, es simplemente trabajo. Esa no es mi vida diaria, no estamos representando lo que se dice en el corrido”, culminó.
El caso que detonó críticas contra Peso Pluma Fue Jerick, de 11 años, quien puso fin a su vida cuando creyó que sus padres no aceptaban la forma en que decidió vivir su vida, precisamente como uno de los más grandes fanáticos, al grado de incluso vestirse como él, lo que a sus padres no les pareció, y decidieron cortar ese comportamiento.
En la carta que dejó el niño, quien se colgó de un árbol del patio de su casa, aseguró que no tenía la libertad que tanto deseaba. Su tirada era ser el mismísimo Doble P, y debido a eso sus padres lo consideraron como una obsesión, y su único objetivo era protegerlo de la mala influencia de sus letras.